Obras

Nadia Guthmann

Siempre me interesaron los seres vivos, tanto que me doctoré en Biología, sin dejar nunca de expresarme artísticamente. Con el uso de tejidos metálicos, conceptos biológicos y escultóricos confluyeron para pensar y sentir que son, precisamente, en las múltiples formas de lo viviente donde lo propio de la condición humana también se desarrolla y se realiza. Los tejidos metálicos remiten a tejidos biológicos, la piel, la interfaz entre el sí mismo y lo otro, entre interior y exterior. Pero la transparencia, la fusión de cuerpos o la inclusión de un animal dentro de otro, rompen la idea de individualidad y sugieren otro tipo de unidad: los sistemas. La separación entre el uno y lo otro no es absoluta, los límites son permeables, los límites se entrelazan, los cuerpos y los territorios se mezclan, las identidades se confunden y coexisten distintos mundos que interactúan, un interior y un exterior cuyos límites se traspasan.

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Al estar frente a Teyú Guyrá, Espíritus en el viento y los Ñandúes, estamos frente a un suceso biológico artístico donde no solo comprendemos la visión ecologista y de apreciación por los seres vivos, sino ante la total maestría artística de Nadia. Ella trabaja a las orillas del Lago Gutiérrez con vistas maravillosas, rodeada de árboles donde la inspiración surge de manera natural en ese espacio. Nadia realiza esculturas desde un sentido de exploración, desde la creatividad y la imaginación, al ser Doctora en Biología, comprende con exactitud los conceptos de ecología y evolución.
En sus obras podemos trazar paralelismos con la sociedad, sus animales por un lado hablan de lo biológico, pero al mismo tiempo hablan de relaciones humanas.

Su trabajo con metal desplegado nos permite percibir más aire que materia, lo cual da un efecto traslúcido, un juego de la luz y los paisajes en el fondo. Así, la porosidad de sus obras resalta la conexión con el lugar, con la tierra, con Bellatrix y su campo estrellado. Sus animales cobran vida en Bellatrix y se integran con el paisaje. Además en sus visitas a nuestro espacio siempre notamos una alegría inmensa que la caracteriza, sus ganas de compartir y su pasión por la escultura y los animales.

En palabras de la artista:
“Encontré en Bellatrix un lugar afín e inspirador para crear y habitar con mis esculturas, para dibujar en el aire con mallas de metal y así trazar en su cielo raíces de vida en la tierra, para volver a habitarla con las especies que fueron desplazadas y reencontrar con ellas aspectos nuestros olvidados.”

“Yo hace muchos años que estoy trabajando con mallas de metal. Empecé trabajando con materiales más blandos, desplegados yeseros, con tela metálica y apliqué lo que había aprendido de cómo funciona el material a este material más duro, el desplegado ya cortarlo golpearlo. Y desde ese momento que arranqué con el material ya me salieron como una serie de obras que son imágenes de animales que están uno dentro de otro. Este tejido define un animal, pero ya al meter uno dentro de otro ya es como un sistema. Y juego mucho con eso como soy bióloga además trabajé en ecología se juntan todos estos conocimientos de biología, ecología, evolución con los conceptos escultóricos. Entonces ya hablo de sistemas.”

Teyú Guyrá, es una quimera entre lagarto overo y ave rapaz, es capaz de reptar y volar al mismo tiempo: puede meterse en madrigueras y desplazarse en el pastizal en contacto con la tierra y a la vez despegar del suelo, conquistar el aire con liviandad. Nos recuerda que estamos apoyados sobre lo concreto material y a la vez un mundo intangible sustenta nuestra creatividad.”

Espíritus en el Viento nos trae al presente de Bellatrix, unos seres que habitaron el campo en diferentes momentos del pasado: venados de las pampas y vacas. Al igual que el viento que recorre las pampas sin acatar límites ni fronteras, nos acarician sus recuerdos, nos atraviesan, nos susurran reflexiones sobre el hábitat, que se transforma lleno de vida.”

Ñandúes representa esta ave autóctona, antes común en la zona pampeana como un entramado, una identidad colectiva, como un matorral donde se funden cuatro cuerpos y se entreveran cuellos y patas, donde se mimetiza lo animal con lo vegetal en su forma de crecer y ocupar el espacio.”

Biografía

Nací en Buenos Aires en 1964 y con 12 años recién cumplidos me vine a vivir a Bariloche. Desde muy chica estaba interesada por la naturaleza, la ecología y la evolución, los seres vivos, especialmente sentía gran empatía por los animales. Me relacionaba con estos temas con los dos hemisferios, leyendo y pensando, contemplando y vivenciando, dibujando y haciendo esculturas. La práctica del andinismo fue central en mi adolescencia, permitiéndome el ansiado contacto con la Naturaleza y también escapar del ambiente opresivo y represivo de nuestro país en esa época.

Estudié Biología en la Universidad Nacional del Comahue y me Doctoré en 1998 becada por Conicet. Paralelamente seguí haciendo dibujos y esculturas, aprendiendo algunas técnicas en talleres de artistas locales y cursos cortos dictados por artistas que venían de otras ciudades. Bariloche no ofrecía muchas oportunidades de asistir a cursos ni de ver muestras de arte y yo aprovechaba para compensar un poco cuando podía viajar a Buenos Aires, a veces con ayuda de becas como por ejemplo de la Subsecretaría de Cultura de Río Negro en 1989 y de Fundación Trabucco en 2005. No solo iba a exposiciones de artes visuales, también teatro, danza, cine, recitales. En 1999 fui becaria en el Programa de Formación de Artistas del Interior de Fundación en Bariloche. Más recientemente, fue estimulante participar de Entrecampos Regional en Gral. Roca y en Rosario en 2008.

Había comenzado a exponer y enviar esculturas a concursos regionales en 1983. En 1996 obtuve el Primer Premio del XIII Salón de Anual de Arte de la Fundación Bolsa de Comercio de Bahía Blanca con una de mis primeras obras en tela metálica, la cual reunía conceptos biológicos y escultóricos. En 2003 obtuve el Primer Premio en el XII Salón de Arte de Río Negro, Bariloche. Ese mismo año fui seleccionada para participar por primera vez en una muestra en Buenos Aires: Estudio Abierto en ex tiendas Harrod´s. Luego fui invitada a participar en Naturaleza Artificial en la Casona de los Olivera. En 2005 se realizó en el Centro Cultural Recoleta la muestra de Arte de Río Negro dentro del Programa Argentina Pinta Bien. Aprovechando que tenía obra en Buenos Aires y que coincidían las fechas, me presenté al Salón Nacional en el Palais de Glace. El obtener una Mención de Honor me alentó a seguir presentándome y al año siguiente recibí el Tercer Premio. También comencé a enviar al Salón Manuel Belgrano en el Museo Sívori, donde tuve Mención en 2005. En esos años se organizó en la ciudad de Cipolletti, Río Negro, el único Salón Nacional de Artes Visuales que existe en mi región y obtuve una Mención en 2006 y el Segundo Premio en 2008.
Fuente: boladenieve.org.ar

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